lunes, 28 de septiembre de 2015

A la Luna Roja

La sombra consume la luz desnuda
aparece la Luna.

Yo no te quiero roja,
pero lloras sangre
y así te observo llorando.

Mis ojos se pierden, pareces moverte
¿Acaso es el aire?
¿Son mis ojos?
¿Son mis recuerdos resonantes?

Mientras los árboles fractales cantan
como dos sábanas que se frotan
Un cisne te observa silencioso, estático
¿Acaso mira a la Luna llorando sangre?
¿Acaso busca comer?

El canto arbóreo resuena en mis pisadas,
me acerco al cisne contemplador.
Lo busco con la Luna roja arriba de mí y a mi lado reflejada.
Vuela antes de alcanzarlo.

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