domingo, 18 de enero de 2009

Pérdida

Hoy suspiraste
y al hacerlo se te fue el alma
¿y qué haré yo desolada?

Gritaré fuerte,
hasta que las piedras griten tu nombre
y el viento aúlle
buscando que la luna mire y llore.

Pero al parecer nadie te recuerda:
las piedras no gritan,
el viento no aúlla,
la luna me observa indiferente...

Te fuiste,
si es que alguna vez fuiste
¿pero qué fue lo que dejaste?

Me dejaste a mí,
lamentando tu ausencia en la tierra
aspirando el polvo en el espacio que dejaste
buscando en el infinito tu mirada.

Mas ya no queda más
ni el lamento se lamenta,
el polvo no es el mismo de antes,
el infinito no existía más que en tu mirada...

Ayer suspiraste
al hacerlo no dejaste nada
¿es que acaso existo sin tu alma?

Si alguna vez fuimos todo
hoy no somos nada:
ni menos que un arrullo en un nido,
ni más que una hoja en la rama.

Por ello me voy a la nada
me despido del todo,
no puedo ser más que lo que tú ya no eres...
pues ya te he perdido.

sábado, 17 de enero de 2009

Continuando las paradojas

Leyendo cierto comentario escrito por cierta persona "anónima" (que sinceramente no desea revelar su nombre) en cuanto a lo escrito anteriormente por mí acerca del ser perfecto y demás cosas raras, no pude evitar seguir pensando acerca de ello, siendo que en principio era una idea del tipo corriente de conciencia más que un tratado filosófico.

En cierta parte mencioné que el conocimiento perfecto podría ser a la vez una limitación, pero no quedó claro el sentido que tenía y probablemente ni yo misma lo tenía claro: la limitación no sería por falta de conocimiento, sino por la capacidad del mismo ser de mantener las características que lo identifican como tal. Si suponemos que este ser además de poseer todo conocimiento DEBE ser capaz de razonar y hacer algo con ello, podría pasar que su condición de omnisapiente sea incompatible con el libre albedrío del que debiera disponer, entonces no podría existir tal ser como ser pensante, en su defecto podría existir sin conciencia de sí mismo (algo así como un súper Google).

El punto más discutible, a mi parecer, de lo que acabo de exponer, es si realmente son incompatibles la omnisapiencia con el libre albedrío. Esto dependería del tipo de universo en el que nos encontremos, pero el comprobar ello está probablemente más allá de la capacidad humana.


------------------------------- o -----------------------------------


Me falta rigurosidad filosófica, tengo tendencia a irme a lugares comunes y utilizar demasiados recursos retóricos... bueno, probablemente el pretender ser poeta y filósofa al mismo tiempo es incompatible en este sistema cerrado al que llamamos universo...


¿O no?

viernes, 2 de enero de 2009

La Paradoja del ser Perfecto

Supongamos la existencia de un ser perfecto: este ser sería capaz de entender el todo, la estructura del universo y el funcionamiento de las leyes que lo dominan, si es que las hubiera, ya que no estoy segura de que se pueda suponer que sean necesarias tales leyes.

Si este ser perfecto es capaz de comprenderlo todo, también es capaz de comprenderse a sí mismo, por lo tanto es capaz de determinar su propio comportamiento y la forma en que él mismo reacciona ante a su conocimiento... y la reacción a la reacción de lo anterior, así un número indefinido de veces.

¿Este conocimiento sería a la vez su limitación?. En tal caso habríamos encontrado una contradicción, lo que significaría que tal ser no podría existir.

Pero siguiendo la lógica mientras más se asemeje una persona a este ser, ¿no está a su vez más restringida?. ¿Debe el hombre ser más "animal" para ser más libre?.

Ante tal cuestión no me queda más que ser categórica: el conocimiento no os hará libres, la ignorancia os hará libres.
¡Que no te compliquen las paradojas y puedas seguir siendo animal!

------- o -------

Aún así seguiré la búsqueda del conocimiento infinito, aunque desaparezca en el camino...