lunes, 15 de junio de 2009

Sol de Seda y Canto

El rocío se evapora ante tu mirada
mi pequeño sol figurado,
estrella radiante en nuevos amaneceres.
Saliste de ojos grandes
a observar maravillas en tu nueva existencia,
a deslumbrar a todos, con la tuya.

Me miraste con mirada de alba
y sentí mi ocaso.
Tal fue la pena que desmayó en agonía
como alegría despertada,
tal la dicha que esperé
a ser devorada por pájaros
mientras flotaba en nubes de ojos fijos.

Traté de cogerte y fue más que delicia: poesía.
Estabas suave, cerca,
tan cerca que temí perderte,
languidecí entre pétalos de rosa
con algodón de azúcar,
sentí que en un beso te deshacías
y temí perderte.

Entre suspiros pasaron milenios:
con el tesoro de primavera tu risa
o el regalo a mi otoño tu llanto,
juntos creamos un lugar sin estaciones
lejos de bullicios
madre y fruto en un canto.

No imaginaba el amanecer en tu mirada
luz matutina de desvelo nocturno,
mi sol de medianoche.
No imaginaba seda en mis brazos
Ni risa de ángel.
Ahora sé que engendraba
a un sol de seda y canto.

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